Amenece para nosotros bien temprano en Mostar. Desayunamos espléndidamente en la casa privada de la dueña de la pension, con cara de mal haber dormido durante la noche cuidando su perro recién operado. Su sonrisa y amabilidad con nosotros no lo representa. Decidimos saltarnos de la ruta a Dubrovnic para descansar de nuestro largo viaje y prepararnos el partido de la final de la Champions Ligue.
Que bonita Mostar!! Resurge valiente curando como pueden de sus heridas de guerra. Dificil de entender lo ocurrido preguntamos a la dueña de la pensión. Nos cuenta, con su piel herizada al recordarlo, como ocurrió, como caían las bombas, como su casa fue destrozada y vivieron en un sótano. Su padre encarcelado y liberado por los soldados americanos. Como los soldados españoles fueron quien pusieron orden en tanto desaguisado. Mis fáciles lágrimas surgían escuchándola. El precioso puente, derrumbado y reconstruido, recibe a turistas que ayudan, queriendo o sin querer, a la nueva Bosnia Herzegovina.
Mas tarde, ya en ruta, hemos comido en Risan, Montenegro, en el mismo borde del Adriático unos calamares acompañados de vino del país.
Hoy y mañana estaremos en Bar, tenemos decisiones que tomar y cosas que hablar. Los días van pasando, los kilómetros son muchos y las motos pesan lo suyo. Retomaremos liderazgo, renovaremos ilusiones y repararemos alguna moto.
Albania se comienza a ver por el horizonte.
Hemos cenado unos originales bocadillos de pizza que Fernando toma buena nota para exportar a Benidorm.
Los puestos fronterizos se han hecho un poco pesados, los aduaneros no tenían prisa dentro de sus garitas, nosotros embutidos en nuestras armaduras, yelmos y cascos bastante mas que ellos. A aguantarse toca.
Viaje Mare Nostrum 2014 